Hemos despedido junio y estamos en los dos meses preferidos por la mayoría de la población para cogerse las vacaciones. El calor, los días más largos, el descenso de la carga de trabajo y la oferta de ocio del verano hace que el grueso de los días de descanso se ubique en estos meses estivales.
Es importante tomarse muy en serio la preparación de estos días de descanso porque una buena organización nos va a permitir cumplir nuestras expectativas y que sean una experiencia realmente reparadora.
Nuestra psicóloga Angélika Barrios ya nos hablaba de la necesidad de los cambios de estación y de temperatura para cuidar nuestra salud mental. Igual de importante es tener días de descanso que nos permitan desconectar de las obligaciones y de la rutina diaria.
La Organización Mundial de la Salud alerta de que la falta de descanso está directamente relacionada con un aumento de enfermedades cardiovasculares, de depresiones, de cuadros de estrés, de accidentes cerebrovasculares y de una disminución de la capacidad intelectual.
¿Cómo deben ser las vacaciones para recargarnos de energía?
- Una investigación de la Universidad finlandesa de Tampere afirma que la sensación de mayor plenitud de las vacaciones se presenta en el octavo día. Teniendo en cuenta que la incorporación inmediata supondría un descenso de su efectividad, lo ideal es alargar el descanso hasta los 14 días.
- Aunque lo óptimo sería poder desplazarnos a lugares diferentes a nuestro entorno habitual, no siempre se tiene la posibilidad. Aunque sean excursiones de unas horas, es importante hacer pequeñas salidas que nos permitan cambiar de escenario.
- Desconexión de las obligaciones. Está muy manido decir que necesitamos olvidarnos de la tecnología para descansar. Sin embargo, para algunas personas esta desconexión se encuentra precisamente entre las pantallas. Cada persona tiene unas necesidades y unas preferencias que le ayudan a descansar.
- Disfrutar del momento. Si estamos pensando en lo que estamos dejando de hacer por estar de vacaciones, no conseguiremos descansar nuestra mente.
- Vivir experiencias que nos hagan disfrutar. No escatimes el tiempo y el dinero que tengas disponibles en hacer cosas nuevas. Ponernos en situaciones novedosas activa nuestro cerebro que segrega oxitocina, la hormona de la felicidad.
- Rodéate de las personas que te hacen feliz. Tan importante es la cantidad de tiempo libre como su calidad. Estar con las personas con las que realmente queremos estar multiplicará el bienestar.
Si sientes ansiedad ante la llegada de las vacaciones por miedo a no cumplir las expectativas, no dudes en pedir una sesión de psicología para obtener las herramientas necesarias para que puedas tener el verdadero descanso de calidad que te mereces.