En un mundo cada vez más acelerado, la moda del “slow Food” ha surgido para promover una relación más consciente y saludable con los alimentos. Esta filosofía se basa en la idea de disfrutar la comida de manera tranquila, saboreando cada bocado y valorando la calidad de los ingredientes.

Tan importante es lo que comemos, como cómo lo comemos y por eso, tenemos que ser conscientes de lo que estamos aportando a nuestro cuerpo. Paula Martínez, cirujana del servicio de Aparato Digestivo: “Una mala alimentación se asocia a diferentes patologías digestivas, entre ellas, la gran pandemia del siglo XXI que es la obesidad mórbida y el sobrepeso”.

A través de pequeños cambios en nuestra forma de alimentarnos, podemos experimentar grandes beneficios en nuestra calidad de vida y en la conexión con nuestro entorno. Algunos aspectos en los que nos beneficia la moda del “slow food” desde diferentes perspectivas son:

  1. Salud física: El “slow food” nos anima a consumir alimentos frescos, locales, ecológicos y de temporada, lo que puede tener un impacto positivo en nuestra salud. Al dar prioridad a ingredientes naturales y evitar los alimentos procesados, reducimos la ingesta de aditivos y sustancias poco saludables.
  2. Bienestar emocional: El acto de comer de manera pausada y consciente nos invita a estar presentes en el momento y a disfrutar de cada mordisco. Al prestar atención a los sabores, texturas y olores de los alimentos, podemos experimentar una mayor satisfacción y plenitud, generando una sensación de bienestar emocional.
  3. Conexión social: Esta técnica también nos brinda la oportunidad de reconectar con el aspecto social de la alimentación. Al preparar y compartir comidas caseras con familiares y amigos, fomentamos el sentido de comunidad y fortalecemos los lazos afectivos. Además, al optar por productos locales y sostenibles, contribuimos al apoyo de los productores locales y a la preservación de la cultura gastronómica de nuestra región.
  4. Conciencia ambiental: Esta moda alimentaria se alinea con principios de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Reducimos la huella de carbono asociada al transporte de alimentos a largas distancias. Además, el “slow food” promueve prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, como la agricultura orgánica y la preservación de variedades locales de alimentos, contribuyendo así a la conservación de la biodiversidad.

Si sientes que tu relación con la comida no es todo lo sana que debería, te animamos a que reserves una sesión de nutrición o de psicología de Cuidándote para lograr la ayuda que necesitas.