¿Sabías que un plato rico en colores es un plato rico en nutrientes? Sí, en este sentido, la diversidad cromática en tu plato no solo aporta un festín visual, sino que también ofrece una gama de nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Consumir alimentos variados a diario te ayudará a sentirte bien físicamente y emocionalmente y, cómo no, en esa variedad debes incluir los colores.
Cada color en los alimentos indica la presencia de diferentes compuestos bioactivos:
- Las frutas y verduras rojas, como las fresas y los tomates, suelen ser ricas en licopeno, un poderoso antioxidante que se ha asociado con la reducción del riesgo de determinadas enfermedades.
- Los alimentos verdes, como las espinacas y los brócolis, son fuentes excelentes de ácido fólico y hierro.Los alimentos amarillos, como el plátano, la piña y la lima, también se destacan por ser una buena fuente de vitamina C, ácido fólico y algunos minerales, como el magnesio, el potasio, el flúor y el calcio en menor cantidad.
- Los alimentos con pigmentos azules y púrpuras como las uvas, las cerezas, los frutos rojos o la remolacha contribuyen a que el sistema circulatorio funcione mejor y protegen también el sistema urinario.
Lo ideal es incluir tantos colores como sea posible, pero en realidad lo importante es que, cada semana, tu menú incluya alimentos de todos los grupos. Es decir, un plato único no tiene porqué cubrir todos los colores. Fíjate en lo que comes durante la semana.
Ya sabes que es muy importante que antes de implementar cualquier dieta consultes a nuestra nutricionista Sonia Torres para que te aconseje si la colorimetría en los alimentos es la mejor opción para ti.