Si Leonardo Da Vinci hubiera trabajado en sus múltiples proyectos sin levantarse de la silla, permaneciendo inactivo por mucho tiempo, no hubiera llegado a ser el genio del Renacimiento. La lumbalgia, sumada a otros malestares, y la falta de creatividad nos hubieran arrebatado sus bocetos de máquinas voladoras y estudios anatómicos. Precisamente, fue el levantarse, caminar y estirar sus músculos lo que permitió revitalizar su mente y su cuerpo, potenciando su creatividad y salud física.

La vida moderna nos lleva a pasar horas sentados frente al ordenador -ya sea en la oficina o en casa- y no somos conscientes del daño que esto puede estar generando a nuestra espalda. Recuerda que la columna es conocida como el árbol de la vida por ser de gran importancia para el cuerpo humano. Si Da Vinci aplicó descansos activos a su rutina diaria ¿Por qué no lo harías tú?

“La mejor postura es la que menos dura”

Los descansos activos son breves pausas en las que realizamos actividades físicas ligeras para contrarrestar los efectos negativos de estar sentado durante mucho tiempo. Desde la Escuela de Espalda recomendamos tomar estos descansos, ya que no solo ayudan a aliviar la tensión, sino que también mejoran la circulación sanguínea, aumentan nuestra energía y productividad, y previenen problemas musculoesqueléticos a largo plazo. Laila Ferrer, fisioterapeuta de la Escuela de Espalda destaca la necesidad no tener posturas mantenidas en el tiempo: “La mejor postura es la que menos dura”.

¿Cómo incorporar pausas activas en tu rutina diaria?

  • Empieza por hacer estiramientos básicos. Dedica unos minutos cada hora para estirar tu espalda, cuello y hombros. Por ejemplo, levanta los brazos por encima de la cabeza y entrelaza los dedos, estirando hacia el techo. Mantén esta posición durante 15 o 20 segundos y repite.
  • Camina. Aprovecha cualquier oportunidad para levantarte y caminar. Ya sea para ir a por un vaso de agua, al baño, o simplemente dar una vuelta por la oficina.
  • Haz ejercicios de movilidad. Realiza ejercicios de movilidad articular, como giros de cuello y hombros, rotaciones de cadera y flexiones suaves hacia adelante y atrás. Estos ejercicios son ideales para prevenir la rigidez.
  • Toma microdescansos. Cada 20 o 30 minutos, toma breves descansos de uno a dos minutos. Durante estos descansos, levántate, estírate y haz algunos movimientos suaves. Esta práctica puede hacer una gran diferencia en tu comodidad a lo largo del día.
  • Usa herramientas ergonómicas. Utiliza sillas ajustables, mesas de pie o cojines de soporte lumbar. Estas herramientas pueden ayudarte a mantener una postura adecuada y reducir la tensión en la espalda.

Sigue los pasos de Da Vinci, apúntate a una sesión de la Escuela de Espalda para recibir más consejos y logra equilibrar el trabajo con el movimiento ¡Prepárate para ser más productivo y convertirte en el próximo genio! La próxima sesión es el día 28 de agosto y ya puedes reservar tu plaza.