A menudo, las listas de ingredientes en las etiquetas nutricionales pueden parecer un rompecabezas. Sin embargo, entender esta información es fundamental para decidir qué es lo que queremos consumir. Vamos a ver algunos aspectos clave que debemos tener en cuenta para interpretar las listas de ingredientes en los productos del supermercado. Ya sabemos que cada persona tiene unas necesidades nutricionales; para acertar con tu dieta, te recomendamos las sesiones de nutrición con Sonia Gómez, quien, además, te ayudará a conocer los beneficios de cada alimento.
- Orden de los ingredientes: La lista de ingredientes está organizada por peso, desde el más abundante hasta el menos. Si los primeros elementos incluyen azúcares añadidos o grasas saturadas, quizás hay que reconsiderar esta elección.
- Azúcares ocultos: Los azúcares añadidos pueden ocultarse bajo varios nombres. Hay términos que pueden darnos pistas: jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, miel o incluso palabras que terminen en “-osa”.
- Grasas saludables y grasas saturadas: Hay que distinguir entre grasas saludables, como las provenientes de aceites vegetales no saturados, y grasas saturadas, que en exceso pueden contribuir a problemas cardiovasculares. Siempre es mejor elegir productos con grasas saludables.
- Evita ingredientes que no reconozcas: Si en la lista de ingredientes parece una lista de productos químicos, es una señal de alerta. Opta por productos con ingredientes que puedas reconocer.
- Ten una alerta con los términos engañosos: Por ejemplo, “sin grasa trans” no significa que no las tenga, sino que haya poca cantidad.
- Alérgenos: Si tienes alergias alimentarias, presta especial atención a la lista de ingredientes para evitar posibles riesgos. Los alérgenos comunes, como gluten, nueces y productos lácteos, deben estar claramente etiquetados.
- Tamaño de la porción: El tamaño de la porción puede influir en la cantidad real de nutrientes que consumes. Ajusta los valores según la cantidad que planeas consumir.
- Conservantes y aditivos: Presta atención a su presencia. Algunos pueden tener efectos secundarios y es preferible optar por alimentos más naturales.
Puede que ahora tus visitas al supermercado sean un poco más largas, pero tu lista de la compra y tu salud te lo agradecerán. Conocer qué comemos es imprescindible para tener un estilo de vida más saludable.