¿Alguna vez has escuchado hablar de la “postura de oficina”? Se trata de ese encorvamiento que nos va quedando de tanto pasar horas frente al ordenador. Y aunque no le prestemos la atención que merece, la realidad es que sentarse mal puede causar problemas serios a largo plazo. Pero como para todo, existe una solución: las casi mágicas sillas ergonómicas, que están diseñadas para cuidar tu espalda, pero ¿qué hace que una silla sea realmente ergonómica y no solo una más del montón?
Cuando decimos que una silla es ergonómica, no nos referimos a un diseño bonito o tecnología de moda. Nos referimos a aquel asiento que se adapta a tu cuerpo, promueve una buena postura y reduce al mínimo la tensión en músculos y articulaciones. Básicamente, te ayuda a sentarte como tu espalda realmente necesita.
Elementos hacen que una silla sea realmente ergonómica
- Soporte lumbar: Una silla ergonómica debe ayudar a mantener la curvatura natural de la espalda baja. Esto evita que la columna se “derrumbe” y, por lo tanto, reduce el dolor en la zona lumbar después de horas sentado.
- Altura ajustable:. No todos medimos lo mismo. Poder ajustar la altura de la silla para que tus pies toquen el suelo y tus rodillas queden en un ángulo de 90° es esencial. Esto aporta también a la circulación de las piernas.
- Profundidad y ancho del asiento. La silla debe ser lo suficientemente profunda como para que puedas sentarte cómodamente sin que la parte posterior de tus rodillas quede apretada.
- Respaldo reclinable. Los expertos dicen que estar un poco inclinado hacia atrás, unos 100 o 110 grados, es ideal para relajar la espalda. Si tu silla te permite ajustar la inclinación del respaldo, podrás cambiar de posición fácilmente durante el día.
- Apoyabrazos ajustables. Los brazos también necesitan descanso. Los apoyabrazos ayudan a reducir la tensión en los hombros y el cuello.
- Materiales de calidad y transpirables. Debe estar hecha de materiales que proporcionen apoyo sin ser demasiado duros y, de preferencia, transpirables.
Ten presente que, además de ayudarte a evitar los molestos dolores de espalda, usar una silla ergonómica mejora tu concentración y tu energía. Al reducir el malestar y mantener una buena postura, puedes trabajar, estudiar o leer durante más tiempo sin sufrir las consecuencias al final del día.
Si bien es una inversión, piensa en ella como una que no solo beneficia tu productividad, sino también tu salud a largo plazo. Ten acceso a más consejos como este en las sesiones de la Escuela de Espalda de Cuidándote.